sábado, 6 de marzo de 2021

Simular ciudades en condiciones de pandemia para hacer predicciones sobre futuros brotes.


Un equipo internacional de investigadores ha utilizado técnicas de modelado tomadas de aplicaciones químicas para crear un nuevo tipo de simulador de ciudad. En su artículo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society A, el grupo describe el uso de sus modelos para crear simulaciones de la propagación de COVID-19 para dos ciudades del mundo real: Birmingham, Inglaterra y Bogotá, Colombia.


Uno de los aspectos más aterradores de la pandemia mundial actual es el conocimiento de que podría ser mucho peor: podría haber sido una enfermedad que mató a todos los infectados. Por eso, los científicos han trabajado arduamente tratando de desarrollar herramientas para manejar de manera más efectiva la próxima pandemia. En este nuevo esfuerzo, los investigadores han mejorado las herramientas de modelado de ciudades para crear simulaciones que muestran con precisión cómo afectará una enfermedad a una ciudad determinada en diferentes escenarios. Los modelos demostraron la efectividad de las estrategias de mitigación como los encierros, el uso de máscaras y el distanciamiento social.

El equipo, que estaba compuesto por epidemiólogos e ingenieros, tomó prestados modelos que se han desarrollado para aplicaciones químicas para crear modelos que imiten la actividad humana en una ciudad. Señalan que las reacciones químicas en algunos casos se comportan de manera muy similar a una enfermedad que se propaga a través de una población.

Con sus nuevos modelos, los investigadores agregaron datos del mundo real para Birmingham y Bogotá, como densidades de población, niveles de empleo e historiales de desplazamientos. También tomaron en cuenta actividades menos predecibles, como personas que van de compras o salen a cenar. Con todos los datos en su lugar, los investigadores establecieron parámetros de mitigación y luego permitieron que la simulación se ejecutara en una supercomputadora durante varias horas, lo que imitó varios meses en la ciudad simulada.

Descubrieron que las simulaciones eran bastante precisas en algunos aspectos y menos precisas en otros. No fueron tan precisos como se esperaba al simular cómo se mueven las personas dentro de una ciudad determinada, pero fueron muy buenos para hacer coincidir los datos de la tasa de infección del mundo real en ambas ciudades bajo parámetros de bloqueo.

Los investigadores señalan que hay margen de mejora con las simulaciones y sugieren que más trabajo permitiría expandirse más allá de las ciudades, tal vez a países enteros y, finalmente, al mundo entero.

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